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Consulta de Psicología

Juan Carlos Jorge González

Licenciado / Máster (MECES3) en Psicología y Especialista Universitario en Hipnósis Clínica.

Colegiado nº. T-2540 del Iltre. Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife.


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¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?ÁREAS DE APLICACIÓN - MITOS

¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?

La División 30 (Society of Psychological Hypnosis) de la American Psychological Association (APA) propuso una definición consensuada aceptada por las principales asociaciones de hipnosis. Según esta definición de la APA (2004), la hipnosis se define de la siguiente manera:

“Habitualmente, la hipnosis conlleva una introducción al procedimiento durante la cual se dice a una persona que se le presentarán sugestiones de experiencias imaginativas. La inducción hipnótica es una sugestión inicial ampliada para usar la propia imaginación, y que puede incluir mayores detalles de la introducción. Se usa un procedimiento hipnótico para fomentar y evaluar respuestas a las sugestiones. Al usar la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiado por otra (el hipnotizador) para que responda a las sugestiones de cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta. Las personas pueden aprender también auto-hipnosis, que es el acto de administrarse procedimientos hipnóticos a uno mismo.

Tradicionalmente, los procedimientos incluyen sugestiones para relajarse, aunque la relajación no es una parte necesaria para la hipnosis, pudiéndose usar una amplia variedad de sugestiones, incluidas las de alerta.

 Asimismo, hay que destacar la definición propuesta por la Sociedad Británica de Psicología (2001/2002). Según se recoge en el informe emitido por esta sociedad, el término hipnosis denota una interacción que se da entre una persona, el “hipnotizador”, y otra u otras, el “sujeto” o “sujetos”, en la que el primero intenta influir sobre la percepción, sentimientos, pensamientos y conductas del segundo, sugiriéndole, para ello, que se concentre en las ideas e imágenes que puedan evocar los efectos que se pretenden conseguir. Las sugestiones serían las comunicaciones verbales empleadas por el hipnotizador para alcanzar dichos efectos. Las sugestiones se diferencian del resto de instrucciones de la vida cotidiana, en que aquéllas implican que el sujeto experimenta, con "éxito", una respuesta caracterizada por una cualidad de involuntariedad o por la carencia de esfuerzo. En esta definición se pone también de relieve la existencia de los métodos de autohipnosis, entendidos como el modo en que las personas ponen en práctica los procedimientos hipnóticos por sí mismos.

Las definiciones de ambas sociedades destacan la importancia de las sugestiones dirigidas a cambiar las cogniciones, conducta, afectos, etc., de la persona hipnotizada, así como el no incluir criterios específicos para determinar cuándo una persona está o no hipnotizada. Esto último se infiere de si la persona responde o no a las sugestiones, que además las experimenta como acaecimientos, es decir, sin experiencia de esfuerzo, como automáticas o cuasi involuntarias (Capafons, Lamas, y Lopes-Pires, 2008).

ÁREAS DE APLICACIÓN

A continuación se resumen las principales áreas dónde se ha aportado evidencia empírica sobre el uso de la hipnosis: 

  • El manejo del dolor, ya sea crónico o agudo y manejo de la ansiedad, la mejora del sueño y la mejora de su calidad de vida de estos usuarios.
  • Desbridamiento de heridas por quemaduras y en las aspiraciones de medula y en el parto.
  • Tratamiento de los dolores de cabeza y las migrañas.
  • Aliviar la ansiedad de los pacientes relacionada con las intervenciones quirúrgicas, como técnica coadyuvante a la analgesia farmacológica, y para enseñar a los pacientes estrategias de afrontamiento ante la cirugía.  
  • Reducir la cantidad de medicación pre y post cirugía para el dolor, el sangrado y el tiempo de hospitalización, así como para facilitar el post-operatorio y la recuperación
  •  Pacientes con cáncer de mama que necesitan cirugía.
  •  Coadyuvante a la terapia cognitivo-comportamental del síndrome de colon irritable.
  •  Posiblemente eficaz para el tratamiento síntomas y conductas relacionadas con el asma y es eficaz para el manejo de estados emocionales que exacerban la obstrucción de las vías respiratorias.
  •  Posiblemente eficaz en la disminución de la obstrucción de las vías respiratorias y en la estabilización de la hiper-respuesta respiratoria en algunas personas.
  •  La hipnosis ayuda a reducir significativamente los dolores de parto y la necesidad de medicación durante y después del parto.
  •  Disminuye la probabilidad de partos prematuros y reduce significativamente la duración de los dos primeros estadios del parto (pre nacimiento y nacimiento del bebé).
  •  Hay resultados prometedores sobre el uso de la hipnosis para fomentar la eficacia de las intervenciones de fertilización artificial en mujeres.
  •  Existen diversos estudios anecdóticos sobre intervenciones hipnóticas que han tratado con éxito diversas condiciones dermatológicas, como eczema, ictiosis, verrugas y psoriasis.
  •  Se ha utilizado también en oncología para ayudar a los pacientes a manejar el dolor, reducir la ansiedad relacionada con los procedimientos médicos, y reducir la emesis, e hiperémesis posterior a la quimioterapia.
  •  La investigación de la eficacia de la hipnosis en la infancia todavía está en pleno desarrollo. Hay un estudio que establece que la aplicación de la hipnosis para tratar la enuresis nocturna infantil es un tratamiento posiblemente eficaz.
  •  La hipnosis se ha aplicado para tratar una amplia variedad de problemas en niños y se muestra prometedora en la reducción de los vómitos y las náuseas provocadas por la quimioterapia, el dolor de la aspiración de médula, punciones lumbares, y otros procedimientos médicos dolorosos y estresantes, y el dolor en general.
  •  En el tratamiento para dejar de fumar, la hipnosis se puede considerar como un tratamiento posiblemente eficaz.
  •  En el manejo de la ansiedad de hablar en público.
  •  La hipnosis junto con la terapia cognitivo-comportamental para el tratamiento de la obesidad se considera como posiblemente eficaz.
  •  También se ha utilizado la hipnosis para el tratamiento de la hipertensión y se considera que es probablemente eficaz para incrementar la eficacia de los tratamientos cognitivo-comportamentales a los que acompaña.
  •  La hipnosis como coadyuvante de la Terapia Cognitiva de la Depresión de Beck dio como resultado cambios significativamente mayores en depresión, ansiedad y desesperanza que el grupo que no incluyó la hipnosis.
  •  La hipnosis puede ser una intervención no farmacológica viable para los síntomas depresivos, que además, bien utilizada no tiene efectos secundarios
  •  Tratamiento del estrés post-traumático, existe un estudio que se acerca a cumplir que los criterios de Chambles y Hollon (1998).
  •  La hipnosis incrementa la eficacia de un tratamiento cognitivo-comportamental para el estrés agudo

  

 HIPNOSIS - MITOS

La hipnosis clínica, según las definiciones de la American Psychological Association y la British Psychological Society, es un procedimiento de intervención basado en técnicas de sugestión. Así, se trata de que el terapeuta o hipnotizador, utilizando diferentes tipos de sugestiones, ayude a la persona o paciente a generar en su imaginación la experiencia problema, así como a detectar las emociones, los pensamientos, reacciones fisiológicas, etc., asociados a dicha experiencia con el objetivo de influir en la percepción, los sentimientos, pensamientos y comportamientos y facilitar el cambio.

Así podría decirse que la hipnosis constituye un procedimiento coadyuvante que permite potenciar la eficacia de las técnicas nucleares de intervención psicológica dentro del paradigma cognitivo-conductual. Es más, no sólo ha evidenciado ser una técnica eficaz para el tratamiento de trastornos típicamente psicológicos como los de ansiedad, la depresión, el tabaquismo el trastornos de estrés postraumático, sino también en alteraciones de tipo psicofisiológico como el manejo del dolor, los trastornos gastrointestinales, la diabetes o el asma, entre otros, así como se ha demostrado científicamente los beneficios de su utilización en diferentes contextos médicos (preparación para la cirugía, ontología, obstetricia, pediatría, odontología, etc.)

No obstante, también es cierto que existen muchos mitos y creencias erróneas sobre las bondades de la hipnosis clínica, en gran parte fomentadas por los medios de comunicación, las malas prácticas o su relación con ambientes de carácter esotérico, que empañan las bondades de este procedimiento y provocan el rechazo a su utilización. Así, entre los mitos más relevantes destacan los siguientes:

  • Mito 1: La hipnosis no pertenece al campo de la psicología científica. Quienes la practican suelen ser charlatanes, curanderos u hombres del espectáculo. Las personas que mejoran con ella, son crédulos, ignorantes y "dependientes". Esto es falso porque múltiples personalidades de la psicología la han utilizado y estudiado, valga como ejemplo Wundt, James, Paulov o Eysenck, así como está avalada por diferentes sociedades científicas y se enseña en distintas universidades de EE.UU, Canadá, Australia, Alemania, Gran Bretaña, España...
  • Mito 2: La hipnosis puede dejar a la persona "enganchada" en un trance, de forma que, al no poder "salir del estado hipnótico", quedaría mermada en su volición o devendría en un demente. La evidencia empírica ha demostrado que esta creencia no es cierta (Hilgard, 1991; Kirsch, 1993; Sarbin & Coe, 1972; Spanos & Barber, 1976), aunque es cierto que algunas personas pueden tener más dificultad que otras para salir del estado de hipnosis, lo que es similar a lo que se encuentra en relación con otras técnicas como la relajación (Lynn, Martin & Frauman, 1996).
  • Mito 3: La hipnosis puede explicitar o agravar psicopatologías "latentes" de la persona. Incluso puede desarrollar alteraciones psíquicas en los individuos sanos. Los individuos con problemas psicopatológicos, puede empeorar con la hipnosis. No existe evidencia empírica que demuestre que la hipnosis provoque efectos colaterales negativos.
  • Mito 4: La hipnosis provoca un "estado" similar al del sueño, en el que la persona muestra unas características especiales. Si no se alcanzan tales características, la persona no está hipnotizada. Sólo se puede estar en esa situación especial, si se ha recibido un método de inducción hipnótica. En realidad, no tiene porqué ocurrir nada "especial" o "espectacular" en la reacción de una persona hipnotizada. En todo caso, todo esto depende de la propia persona, de sus expectativas y creencias en relación con la hipnosis.
  • Mito 5: La hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona. Ésta deviene en un autómata en manos del hipnotizador, por lo que puede cometer actos delictivos, antisociales, inmorales o que le llevan al ridículo social. Si bien es cierto que bajo hipnosis se actúa de forma automática, esto no quiere decir que se actúe de manera "descontrolada" o involuntaria. En realidad, la persona no pierde nunca su capacidad de decisión o volitiva.
  • Mito 6: La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi mágicas en las personas. Esto es falso. Lo que en realidad ocurre es que las personas pueden experimentar diferentes tipos de reacciones "hipnóticas" –motoras, sensorio-fisiológicas y cognitivo-perceptivas-, aunque de nuevo, si bien estas respuestas se relacionan con el automatismo (involuntariedad percibida), también es cierto que su activación y finalización corresponde a la voluntad de la persona.
  • Mito 7: La hipnosis es una terapia (hipnoterapia), sumamente útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de comportamiento. Sólo las personas muy susceptibles, sin embargo, pueden beneficiarse de ella. En primer lugar, la hipnosis no es una terapia psicológica, sino una técnica coadyuvante a otras intervenciones potenciando su eficacia, pero esto no quiere decir que la persona no tenga que esforzarse para cambiar.

 

 

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DOLORES DEL PARTO CONSIDERABLEMENTE ATENUADOS POR LA SUGESTIÓN HIPNÓTICA

Santiago Ramón y Cajal, Premio Nóbel de Medicina (1906)

(*) Trabajo publicado originalmente en la Gaceta Médica Catalana, el 31 de agosto de 1889. Con posterioridad este texto fue uno de los seleccionados por el propio Ramón y Cajal para que fuese incluido en el tomo 1 de Trabajos escogidos, publicado por Jiménez y Molina, Impresores, Madrid, 1924.

Trátase de una señora robusta, nada nerviosa, más bien linfáticosanguínea, madre de cinco hijos, la que había sido objeto hace algunos meses de algunos experimentos de hipnotismo. Realízase en ella con la mayor facilidad la sugestión vigil, adquiriendo por simple mandato el sonambulismo perfecto con anestesia y catalepsia sugestiva, y sin recordación de los fenómenos acaecidos durante el sueño.

Próxima esta señora al alumbramiento de su sexto hijo, la propusimos, para atenuar los dolores, que temía extraordinariamente, así como para acelerar en lo posible el trabajo del parto, la sugestión hipnótica previa, a lo que accedió, después de las seguridades que se la dieron de que en nada podría menoscabarse su salud ni perturbarse el mecanismo del alumbramiento.

Al efecto, unos diez días antes de efectuarse el parto, se la sugirió durante el sueño hipnótico que pariría rápidamente; que las contracciones de la matriz serían enérgicas y rápidas; pero que, al revés de lo que ordinariamente sucede, los dolores que las acompañarían serían levísimos, y perfectamente tolerables: Tendrá usted —le decíamos— conciencia de los dolores más enérgicos que producen la dilatación de la matriz y la expulsión del feto; pero su lenidad será tal, que no podrá usted diferenciarlos de los más ligeros llamados moscas o preparantes.

Llegó el plazo y cumpliose al pie de la letra nuestra profecía. Los dolores preparantes sobrevinieron como de costumbre y duraron toda una mañana, sin afectar poco ni mucho a la paciente, que continuó entregada tranquilamente a sus faenas habituales.

Llegada la tarde, las contracciones dilatantes se iniciaron, adquiriendo de repente gran energía, y obligando a la paciente a abandonar sus faenas, no por los dolores que según su confesión apenas eran percibidos, sino por la ansiedad respiratoria y la aceleración del pulso; fenómenos necesariamente ligados a todo gran esfuerzo muscular. En menos de media hora dilatose el cuello, rompiose la bolsa de las aguas y terminose felizmente el parto, con grandísima sorpresa de la enferma que no quería creer se hubiera realizado.

Durante las contracciones expulsivas, advirtiose en la paciente cierta somnolencia, y faltó poco para que a la salida de la cabeza del feto quedara completamente dormida. Este amodorramiento ocúrrele siempre después de cumplir una sugestión hipnótica, y en este caso sirvió para probarnos se hallaba bajo la influencia de la misma.

Terminado el parto, trasladose la enferma al lecho, con paso seguro y con mal disimulada alegría, al verse libre, a tan poca costa, de un tan doloroso trance; y hacíase lenguas con las asistentes que la rodeaban del caso extraño de haber parido sin dolor.

Tan leves habían sido el choque nervioso y la emoción sufrida, que a la media hora la paciente, solicitada por vivísimo apetito, pedía insistentemente de comer. Con igual bonanza y perfecta normalidad se pasó el puerperio. La enferma, que lactó desde el segundo día a su hija, viendo así repuestas sus fuerzas, levantose al quinto, y comenzó a intervenir en los asuntos domésticos. A los quince días había recobrado su perfecta normalidad. Pocos comentarios haremos al presente caso.

Dos fenómenos llamaron nuestra atención: la extrema rapidez del parto, y la disminución considerable del dolor, manifestación subjetiva de las contracciones.

De la primera circunstancia, aunque nueva en la enferma (sus partos han sido siempre tardos, bien que normales), no sacaremos por hoy conclusión definitiva. Es positivo que los músculos de la vida orgánica pueden acrecentar sus contracciones bajo el estímulo de la sugestión hipnótica, pero se precisan varios casos concordantes para establecer entre ambos fenómenos una relación etiológica, y evitar completamente el discurrir vulgar del post hoc, ergo propter hoc.

Consideramos el segundo fenómeno, ausencia del dolor, como realmente causado por el hipnotismo. La enferma desconoció por completo los angustiosos dolores que preceden al parto y la ansiedad moral enormemente deprimente que los acompaña.

Cuando la excitación dolorosa debía llegar al colmo (al franquear la cabeza del feto el orificio del cuello), revelaba solamente fatiga muscular y decía que los dolores le parecían mucho más flojos que los primeros o preparantes. Aunque algo soñolienta, conservaba en el momento del parto el sentimiento de su situación y tenía noticia de las contracciones de la matriz; pero este fenómeno, según nos explicó más tarde, llegaba al sensorio, no como dolor, sino bajo la forma de sensación táctil, de constricción mecánica y de impresión de fatiga. Diríase que habíanse paralizado los nervios del dolor; quedando incólumes los que conducen al sensorio las excitaciones táctiles y el estado de la contracción muscular (sentido muscular).

Pensamos, pues (hechas las reservas consiguientes a la escasez de materia de generalización que supone un solo hecho), que el hipnotismo puede ser de provecho en el parto, suprimiendo o atenuando notablemente el dolor sin perturbar los actos mecánicos y vitales que los acompañan, bien así como acontece bajo el sueño clorofórmico. Quizás el parto mismo pudiera realizarse durante el sueño, con plena inconciencia de la enferma; pero nosotros que no conocemos ningún caso de aplicación del hipnotismo al parto, hemos debido ser prudentes, y comenzar por la intervención más suave e inofensiva posible.

Así que hemos preferido al sueño mismo la sugestión posthipnótica, con lo cual hemos logrado conservar al parto sus condiciones fisiológicas y respetar los esfuerzos musculares conscientes, que, si no absolutamente necesarios, entran por una buena parte en el mecanismo del parto normal.



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